Ahora que andamos dando vueltas a la figura de Julio César (y, cómo no, a su producción literaria), me gustaría traer a la palestra una famosa frase suya: Alea iacta est.
Se cuenta que la pronunció en el momento en el que cruzó el Rubicón, el río que separaba la Galia Cisalpina de Italia. Este hecho fue considerado casus belli para el senado, y significaba de hecho el comienzo de la guerra civil entre César y Pompeyo. Curiosamente, de aquí nació otra frase, "Cruzar el Rubicón", que viene a significar meterse en un fregado del que no sabes cómo vas a salir.
En fin, volvamos a nuestra frase. Según Plutarco, la frase fue dicha en griego y tomada de un verso de Menandro: ανερριφθω κυβος. Su significado vendría a ser "los dados están echados", y César con ella quiso decir que había tomado una decisión y ya no era momento de echarse atrás, sino de apechar con las consecuencias. La suerte está echada...
Para saber más.
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